Page 86 - Traveling 71
P. 86
POR LA BRETAÑA FRANCESA
La ventana
La ventana
de Manena
de Manena
Anécdotas Viajeras
Fotos y texto: Manena Munar manena.munar@gmail.com
“Son aquellas pequeñas cosas…” que cantaría Joan Manuel Serrat las
que después de un viaje prevalecen en la memoria y al recordarlas se
vuelve a abrir la sonrisa, a llorar, o a reír a carcajadas. Me gustaría sacar
del baúl de mis recuerdos algunas de ellas y compartirlas con vosotros.
Conduciendo con una amiga por los
espectaculares parajes y seductoras ciudades
de la Bretaña francesa
Antes de empezar a contar las muchas anécdotas y momentos divertidos
que tuvo la aventura bretona, he de decir que la mayoría, sino todos, fue-
ron gracias a la compañía de una amiga y colega, amena, y salada.
Probando las aguas fresquitas del Atlántico
En manos del GPS…
El viaje en cuestión lo íbamos a hacer en co-
che, conduciendo unas veces ella, que otras
yo. Esto del coche a priori suena cómodo y
resolutivo, pero hay que sortear bicicletas,
aparcar, encontrar un parquímetro, saber
cuánto vale, el cómo meter las moneditas y
cuántas, o peor, si el pago se va a hacer con
tarjeta de crédito, adivinar la forma de cal-
cular el tiempo. Normalmente, a una de las
dos, se les daría bien tan prosaica acción,
pero no, éramos tal para cual, y lo nuestro
nos costó.
El periplo comenzó en Rennes, capital de
Bretaña; ciudad universitaria, puerta a ese
mar bretón que aparece y desaparece a cau-
sa de unas mareas fuera de serie que, tanto
en Mont Saint Michel como en Saint Malo,
sus playas hacen las veces de campos de
futbol, vías ciclistas o paraíso de los pasean-
tes, de izquierda a derecha, y viceversa, una
y otra vez, hasta que el agua dice “Hasta
aquí hemos llegado” literalmente, y las cubre
como si nunca hubieran existido.
86 -