Page 99 - Traveling magazine 72

La tarde es inolvidable; álbumes de fotos que
presentan a su familia, de Santiago: a su abue-
lo español, pastelero, casado con una mujer de
origen africano, esclava de vientre libre, a su
padre sastre, qué su madre modista, y a ella
misma, de niña, con unos brillantes y curio-
sos ojos que ya prometen. A Marta, como co-
rresponsal en la guerra del Vietnam, con Fidel
Castro, recibiendo el premio literario Alejo Car-
pentier por su novela “Inglesa por un año”, el
Nacional de Periodismo José Martí en recono-
cimiento a la obra de su vida, o como jurado del
Premio Cervantes. Su piso es sencillo y carente
de comodidades, un ventilador, una mecedora,
un despacho donde escribe y en el que cuelgan
cuadros de pintores famosos cubanos, cuyos
esbozos utiliza para las portadas de sus libros,
como aquel de Santa Lujuria.
Nos despedimos amigas, con un sentido abra-
zo, y no la vuelvo a ver, pues al poco tiempo me
entero de su muerte.
Pirañas que se escriben
whatsapps
Sigo con una anécdota qué, si podía haber
terminado fatal, se soluciona con un brindis y,
gracias a la etérea “nube virtual”. Navegamos
desde Varadero hacia Cayo Blanco, al vaivén
de un catamarán, disfrutando de la exuberancia
tropical . Yo me siento en primera fila, entre los
cascos y esa red donde los más avezados se
tumban a tomar el sol, cuando una compañera
me pide cortésmente que le haga una foto con
su móvil. Mientras busca sitio y postura, pasa
una de esas molestas lanchas motoras que de-
jan olas a su paso. La ola fatal me hace res-
balar y observo, a cámara lenta, como el móvil
de mi amiga se me escapa de las manos, para
caer en el espacio minúsculo que hay entre el
casco y la red. Silencio y horror, al pensar en
el teléfono, ahogándose, con todo el testimonio
de su viaje.
¡Maniiiii!
LA VENTANA DE MANENA
Marta Rojas
La misteriosa Habana
Un resbalón, una
ola traicionera y un
móvil a punto de
naufragar en el Ca-
ribe. La anécdota,
que pudo acabar
en desastre, termi-
nó con risas y un
brindis gracias a la
nube virtual
- 99