Page 103 - Traveling magazine 72
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La gastronomía manchega es un relato vivo, teji-
do con sencillez y memoria campesina, que se ha
convertido en un pilar de identidad para toda una
región. En Albacete, las mesas se llenan de platos
que nacieron de la necesidad y hoy son orgullo
compartido. El gazpacho manchego, que nada
tiene que ver con el gazpacho andaluz, es un gui-
so de origen pastoril en el que las tortas de pan
ácimo se desmenuzan en un caldo con carnes de
caza menor, hierbas y especias. Su fuerza está
en la sencillez y en ese sabor profundo que ha
acompañado a generaciones.
Otro clásico son las migas ruleras, elaboradas a
partir de pan duro, ajo, aceite, tocino y chorizo, un
manjar humilde que se cocina lentamente y que,
como su propio nombre indica, “rulan” en la sartén
hasta alcanzar la textura perfecta. En esa receta,
transmitida de padres a hijos, pervive la esencia
de la vida rural.
El atascaburras, conocidas también como ajoa-
tao o ajoarriero, es otra muestra de ingenio popu-
lar. Con patata, bacalao, ajo, aceite y a veces nue-
ces, se prepara un puré consistente que, según
la tradición, “harta hasta a las burras”. Sencillo y
contundente, refleja el carácter recio de la tierra.
No faltan en este recetario los dulces, con iconos
como los Miguelitos de La Roda, hojaldres relle-
nos de crema que se han convertido en embaja-
dores de la provincia, o los rollicos de anís, con su
fragancia que evoca a la infancia y a las celebra-
ciones familiares.
Miguelitos de la Roda
ESCAPADAS GASTRONÓMICAS
Migas manchegas
Atascaburras
Gazpacho manchego
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