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El interior: un universo de arte
y espiritualidad
Atravesar las puertas de la catedral es entrar en otro
tiempo. La amplitud de las tres naves impresiona por su
escala, sus bóvedas de crucería, sus arcos apuntados y
la armonía de la luz filtrándose desde el claristorio.
Uno de los elementos más imponentes del templo es su
Retablo Mayor, una obra monumental iniciada en 1511
y concluida en 1531. Fue encargado al escultor flamen-
co Giralte de Bruselas, con la colaboración del artista
castellano Juan de Balmaseda, y es considerado el se-
gundo más importante de España, solo superado por el
Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla y seguido por el
de la Catedral de Toledo.
El armazón es de madera de castaño y roble y las figuras
están talladas en madera de nogal y son policromadas.
El retablo (se lee de izquierda a derecha) se organiza en
calles y pisos, y además la calle central tiene tres pisos
(Crucifixión, Coronación de la Virgen y El Salvador). En
él se representan escenas de la vida de Cristo; hay que
pensar que la mayoría de los fieles no sabían leer ni es-
cribir y por ello los retablos cumplían una función eminen-
temente didáctica. Su estilo combina el gusto gótico por
el detalle con la composición equilibrada y la monumen-
talidad del Renacimiento, ofreciendo un conjunto de gran
riqueza iconográfica y extraordinaria calidad escultórica.
Altar mayor y Retablo
HISTORIA, ARTE Y CULTURA
Pórtico de entrada a la Catedral
A lo largo de la girola y los muros laterales
se distribuyen capillas de distintas épocas,
algunas con decoración barroca y otras con
aires renacentistas. Especialmente bella es
la Capilla de Santa Eulalia, patrona de la Ar-
chidiócesis, que además cuenta con sacris-
tía propia. Esta capilla fue inmortalizada en
La Regenta de Clarín, bajo el nombre de la
capilla de Santa Clementina.
Uno de los espacios más singulares es la
Capilla del Rey Casto, donde reposan los
restos de varios monarcas asturianos.
El conjunto se completa con el claustro
gótico, austero y elegante, y la sala capitu-
lar, donde las decisiones del cabildo se han
tomado durante siglos bajo una bóveda de
planta octogonal.
Pero ningún rincón posee el peso simbóli-
co y espiritual de la Cámara Santa. Allí se
conservan el Santo Sudario, las cruces de
los reyes asturianos y el Arca Santa, objeto
de veneración desde hace más de mil años.
Por su valor patrimonial y su significado, fue
declarada Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO junto con otras construcciones
del arte prerrománico asturiano.
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