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Cocina kilómetro 0
En cuanto al capítulo culinario, el Kitzhof se
precia de sus productos naturales; difícil no
lo tiene pues en la puerta de casa hay prácti-
camente de todo; leche, huevos, charcutería,
carne… Platos tradicionales como la tabla
de carnes frías, quesos y encurtidos a la que
llaman Brettljause y delicias que cocinan con
maestría el chef Jürgen Bartl y su equipo y
que se pueden degustar en el restaurante Kitz
Alm, en Kitz Lounge, destinado a cualquier ca-
pricho que se le antoje al cliente, ya sea un
croissant calentito con capuccino, el té de las
cinco, o una copa de vino al amparo de la chi-
menea, o en Vinothek, el lugar elegido para
probar menús gourmet o una divertida fondue.
La ubicación del hotel Kitzhof es perfecta. Está
al lado de la villa antaño conocida por sus mi-
nas de plata, de su iglesia y de las muchas
tiendas de lujo que llenan los bajos de las ca-
lles, pero lo suficientemente alejado para tener
la sensación de vivir en una casa montañesa
del Tirol. Cae la noche y se escucha el tañer
de las campanas. Es hora de volver a la habi-
tación y sentarse en la terraza con una copa
de vino viendo cómo se iluminan las granjas e
imaginando, puertas adentro, el vivir del Tirol.
Piscina del Spa del hotel
LUGARES PARA SOÑAR
Vistas desde el balcón de la suite
El personal del hotel es encantador
Hotel
Kitzhof
Preferred Hotels & Resorts
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