Page 8 - Traveling magazine 72
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ISLAS EOLIAS (ITALIA)
Aldea de Rinella en (Salina)
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En la cima, el espectáculo es circular y sobrecogedor: las siete
Eolias se alinean como cuentas irregulares sobre un mar infi-
nito, y la costa de Sicilia se insinúa en la distancia. Allí arriba,
el silencio es tan compacto que hasta el leve silbido del viento
parece sagrado.
La isla del vino y las alcaparras
Salina es la excepción verde en este mundo volcánico. Lade-
ras cubiertas de viñedos de malvasía caen hacia calas de agua
turquesa. Es tiempo de vendimia, y el aire huele a mosto dulce
y a tierra húmeda. Los racimos dorados se recogen a mano y
se colocan en cajas de madera que se llenan rápido bajo un sol
amable. Las bodegas familiares guardan barricas donde el vino
envejece lentamente, con la paciencia que aquí todo exige.
En terrazas más altas, las matas de alcaparras florecen discre-
tas, con pétalos blancos y estambres violetas. En pequeños
talleres, las mujeres las preparan con sal marina, y al abrir un
frasco, el aroma vegetal se mezcla con recuerdos de verano.
En las tabernas de la isla, las alcaparras se sirven junto a pan
tibio, aceite dorado y tomates recién cortados. Comer aquí es
un acto sin prisa, acompañado por conversaciones que giran
en torno a cosechas pasadas y a los temporales que vendrán.
Ritmos lentos y horizontes largos
Filicudi está situada en el extremo occidental del archipiélago,
es una de las islas menos visitadas y más auténticas de las Eo-
lias. Apenas cuenta con un puñado de pequeñas aldeas, como
Filicudi Porto y Pecorini a Mare, donde las casas blancas, con
contraventanas azules y techos planos, se agrupan sobre terra-
zas que descienden hacia un mar que cambia de azul profundo
a esmeralda según la luz del día.
Vista panorámica del crater de la Isla Vulcano


































































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