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GÖRLIEWOOD
Si fuera
directora de
cine, rodaría
el paso de las
estaciones en
Görlitz, donde
cada cambio
de luz
transforma la
ciudad en un
escenario
único
El problema es qué hacer luego, por-
que una vez visto, vivido y presumido
del palacio, hay que buscar un que-
hacer cotidiano, que bien podría ser
rodar una película sobre la peliculera
ciudad de Görlitz. Filmaría su historia,
que pasa por diversas influencias,
una de ellas y de importancia, la de
Silesia, que cuenta con su interesante
museo. Haría hincapié en lo bien que
aparentemente, se llevan los polacos
de Zgorzelec y los alemanes de Gör-
litz, quienes cruzan el puente del Neis-
se a menudo: voy a cenar a Polonia,
que voy a desayunar a Alemania. En
Polonia se compra mas barato, pero
en Alemania hay menos gente en el
supermercado… y así un día y otro.
Si fuera directora de cine…
Rodaría el cambio de las estaciones.
Me parece necesario con un marco
de la categoría del de Görlitz, registrar
lo mejor de su primavera, cuando se
viste de flores, el verdor del verano, el
espectacular atavío multicolor de las
hojas otoñales y el níveo manto de la
nieve en invierno.
Y también ¿por qué no? filmaría una
película de época, de cuando en la Alta
Edad Media en la ciudad sajona, anta-
ño silesia, se cruzaban las dos gran-
des calzadas del Renacimiento, la Vía
Regia que discurría desde Kiev hasta
Santiago de Compostela, ofreciendo
pasos comerciales y de peregrinaje, y
la ruta que unía los puertos del norte de
Alemania con los Balcanes. Hacer un
guion que contara el continuo trasiego
comercial, religioso, y cultural que hicie-
ron de Görlitz una ciudad próspera, es-
pecializada en la industria textil y en
el tan cotizado índigo de las Indias
que se utilizaba para el teñido azul
en Europa, y sobre el que mantenía
el monopolio. Debido a la demanda
del índigo se cocerían todo tipo de
intrigas, amoríos y asesinatos para
conseguir el preciado tinte.
Tengo que pensar en los actores; uno
de ellos sin duda sería Timothée Cha-
lamet y en el papel femenino puede
que me incline por Dakota Fanning.
Ambos no me pasaron desapercibi-
dos en sus actuaciones, sino que pen-
sé eran realmente extraordinarios.
Görlitz cuenta con más de 4.000 edificios protegidos
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