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NAVIDAD EN COPENHAGUE
Kioscos y tiendas de Navidad se encuentran por todo el Tivoli
Cuando el Tivoli se viste de Navidad
Si durante el verano el parque es un refugio verde y bu-
llicioso, en invierno se transforma en un escenario de
cuento. Desde mediados de noviembre, los jardineros
y artesanos del Tivoli trabajan durante semanas para
decorar cada rincón con luces, nieve artificial, abetos
y pequeños detalles que parecen salidos de una pos-
tal antigua. Se instalan más de un millón de bombillas y
unas mil figuras luminosas que cambian el aspecto del
parque por completo.
Los mercadillos navideños se despliegan a lo largo de
sus avenidas. En ellos se venden adornos, juguetes de
madera, galletas de jengibre y gløgg, el vino caliente con
especias típico de Dinamarca. Los visitantes se pasean
con guantes y bufanda, taza en mano, mientras suena la
música en directo o el coro de villancicos bajo los árbo-
les iluminados.
Uno de los lugares más visitados es el lago helado, don-
de se instala una pista de patinaje rodeada de abetos
nevados. En el aire se mezclan el olor a chocolate ca-
liente y a almendra caramelizada con el sonido de las
risas. Es difícil no dejarse llevar por la emoción: Copen-
hague entera parece concentrarse allí, en ese pequeño
mundo donde la infancia y la ilusión no tienen edad.
La gran fachada del Nimb Hotel, que recuerda a un pa-
lacio oriental, se ilumina por completo, y su terraza se
convierte en un mirador privilegiado para contemplar las
luces reflejadas en el agua.
Fachada del Nimb Hotel
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