Page 21 - traveling 73
P. 21
El silencio como materia
Viajé a Japón buscando arquitectura
y encontré silencio. No un silencio
vacío, sino uno lleno de intención,
como si cada muro, cada sombra y
cada destello de luz hablasen en un
idioma sin palabras. En ese lenguaje
está escrita la obra de Tadao Ando, el
arquitecto autodidacta que transformó
el hormigón en un material espiritual.
Su historia comienza en Osaka, don-
de nació en 1941. Antes de dibujar lí-
neas, fue boxeador; antes de estudiar
arquitectura, viajó. Aprendió obser-
vando templos, calles, iglesias, de-
siertos. De cada lugar tomó una idea
y de cada error, una enseñanza. Hoy,
su nombre está inscrito en la historia
como uno de los grandes maestros
del espacio contemporáneo, un hom-
bre que convirtió el hormigón, la luz y
la naturaleza en las tres columnas de
una nueva espiritualidad.
Osaka: la fe en la luz
Mi recorrido empiezó en Ibaraki, a las
afueras de Osaka. Allí se encuentra la
Iglesia de la Luz, probablemente su
obra más reconocible. Desde fuera, el
edificio apenas muestra nada: un pris-
ma gris, sin ornamentos, sin conce-
siones. Pero al entrar, la penumbra se
transforma. Una cruz de luz se abre en
el muro frontal, cortando la oscuridad
con la precisión de un bisturí.
DISEÑO Y ARQUITECTURA
La iglesia de la Luz en Ibaraki
No hay imágenes, ni color, ni sonido. Solo esa luz que atraviesa el
hormigón y convierte el espacio en experiencia.
En ese instante comprendí lo que Ando persigue: que el edificio des-
aparezca y solo quede la emoción de quien lo habita.
“La arquitectura debe inspirar coraje para vivir.” —Tadao Ando
Vista aérea del Templo del Agua en la Isla de Awaji
- 21

