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Isla Mauricio es un
ejemplo de turismo
sostenible, donde el
lujo convive con la
naturaleza. Hoteles
ecológicos, playas
limpias y proyectos
comunitarios hacen
de la isla un auténtico
ecodestino.
ECODESTINOS
Si bien muchos desearíamos dejarnos llevar y
mudarnos a la isla, con una semana basta, no
solo para conocer lo más bonito de la exótica isla,
sino también para aprender de su historia, sus tra-
diciones y el porqué de su diversidad cultural.
Convivencia entre culturas como
estilo de vida
Isla Mauricio tiene aproximadamente 2.040 kiló-
metros cuadrados de superficie, en la que alberga
una historia apasionante y diversa. Antes de in-
dependizarse en 1968, primero fue colonia fran-
cesa y luego británica, y ahí yacen sus primeros
mestizajes. Al pasar de los años, otros viajeros de
países aledaños también llegaron a la isla y echa-
ron raíces, fascinados por su belleza. Hoy, es una
sociedad que convive con etnias, culturas y reli-
giones de todo el mundo, especialmente del ám-
bito euroasiático. Por la variedad mencionada, en
Mauricio se hablan tres lenguas oficiales —inglés,
francés y criollo mauriciano — y por la misma, en
su gastronomía veremos toda esa fusión en sus
snacks más famosos como los rotis rellenos, el
dholl puri, noodles de pollo o los dim sums criollos.
Dónde quedarse en Mauricio
Si bien existen muchas opciones para hospedarse
en la capital, Port Louis, el encanto de isla está
frente a sus playas, y sin duda una de las mejores
opciones son los hoteles de la firma francesa Sun-
life, ubicados en diversos puntos de la isla, pero
ofreciendo la misma esencia de hospitalidad y ex-
celencia. Algunas de las más famosas y reconoci-
das son Long Beach (costa este) o Sugar Beach
y La Pirogue (en la costa oeste, en Flic en Flac).
Pero ¿qué tiene de especial la marca, además
de sus deslumbrantes diseños frente al mar? La
respuesta es la propuesta wellness y de bienestar
consciente «slow life», tal y como la marca lo de-
fine. Para complementar esta propuesta, Sunlife
ha creado su propia marca de spa bautizado con
el nombre Glow, básicamente, un laboratorio don-
de todos sus elementos contribuyen a acariciar la
mente y el cuerpo. Cada uno de sus hoteles cuen-
ta con un spa Glow diferente para brindar la rela-
jación absoluta, pero quizás el más impresionan-
te está en Long Beach, con su jardín de hierbas
exóticas de todo el mundo. Entre los ingredientes
estrella de la firma destaca el bálsamo de Perú,
presente en la mayoría de sus rituales y conocido
por sus propiedades reparadoras.
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