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El bosque de las
Ardenas: el gran
pulmón del sur
Todo en Valonia comienza y termi-
na en sus bosques. Las Ardenas,
con sus suaves colinas cubiertas
de robles y hayas, han sido refugio
y frontera, escenario de historias
de contrabandistas, soldados y
monjes. Hoy, este inmenso man-
to verde —el mayor de Bélgica—
ofrece cientos de kilómetros de
senderos señalizados para cami-
nar sin prisa, sumergiéndose en
una biodiversidad rica que ha sa-
bido resistir al paso de los siglos.
El Parc Naturel des Hautes Fag-
nes-Eifel, al este, es la joya na-
tural del territorio. Sus turberas y
praderas abiertas son el hogar de
especies poco comunes en Euro-
pa Occidental, como el urogallo
o la cigüeña negra. La región se
presta a la observación de aves, la
fotografía de naturaleza y el simple
placer de andar en silencio, oyen-
do solo el crujido de las hojas bajo
las botas. Muchos de estos espa-
cios naturales cuentan con centros
de interpretación, rutas guiadas y
paneles que invitan a descubrir la
importancia de la conservación y el
equilibrio ecológico.
Pueblos de piedra,
tiempo detenido
Valonia es tierra de pueblos pe-
queños, casi detenidos en una
postal antigua. Durbuy, a orillas
del Ourthe, presume de ser la “ciu-
dad más pequeña del mundo”, con
sus calles adoquinadas y su cas-
tillo al fondo del río. Rochefort, La
Roche-en-Ardenne, Crupet, Dinant
o Sohier conservan la arquitectura
tradicional de casas bajas de piedra
gris, iglesias románicas y plazas
donde los mercados siguen mar-
cando el ritmo de los días.
Aquí la vida transcurre a otro com-
pás. Se desayuna pan con mante-
quilla y miel local, se conversa en
las terrazas y se rinde culto a la
cerveza y al queso artesano.
ECO DESTINOS
El turismo rural, con alojamientos
familiares y propuestas de agroturis-
mo, permite a los viajeros participar
en la recolección de frutas, el ordeño
o el trabajo en el huerto, recuperan-
do un vínculo con la tierra que en
otros lugares parece olvidado.
Rutas verdes: Valonia en
bicicleta o en draisinas
Recorrer Valonia en bicicleta es
la mejor forma de no dejarse nada
atrás. La red RAVeL (Red Autóno-
ma de Vías Lentas) recupera anti-
guos trazados ferroviarios, caminos
de sirga y pequeñas carreteras ru-
rales, adaptándolos para ciclistas
y senderistas. Son más de 1.400
kilómetros de vías verdes, bien se-
ñalizadas, seguras y accesibles, que
cruzan bosques, valles y aldeas.
Rutas de senderismo diferentes niveles
de dificultad
Rutas por antiguas vías del tren en las singulares draisinas
La ciudad de Durbay, catalogada como la más pequeña del mundo
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