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 Vista de la Arrábida
Visitar el territorio
Pero como siempre decimos, para entender un territo- rio y sus vinos, no queda otra que viajar hasta él. Para conocer el núcleo vitícola de la comarca, debemos adentrarnos en la Península de Setúbal por su vertien- te sur empezando por las viñas de suelo arenoso de la freguesia palmelense de Poceirão e Marateca. Allí podremos contemplar desde el privilegiado viñedo de Fernando Pó, hasta majestuosos alcornocales de los que se siguen extrayendo los corchos con la misma téc- nica con la que lo hacían los romanos hace 2.000 años. En nuestro recorrido hacia el Atlántico, atravesaremos la Reserva natural del Estuario del Sado, cobijo de una comunidad de delfines que lleva años aquí instalada y que forma parte del logotipo de la Comissão Vitivinícola Regional da Península de Setúbal. Si tenemos pacien- cia y nos fijamos, no es inusual verlos en una de las bahías más hermosas de Europa.
Al llegar a la ciudad de Setúbal, bien vale la pena visitar el Mercado do Livramento, uno de los más ricos y con mayor diversidad de ejemplares marinos de todo Por- tugal. Aquí se pueden encontrar pescados y mariscos inusuales en otras partes de la Península Ibérica y que
por un módico precio podremos incorporar a nuestra dieta. Siguiendo hacia el oeste, veremos como la Sierra de Arrábida que atraviesa la Península de Setúbal crea un paisaje hipnótico en el que el verde las montañas se fusiona con el intenso azul oceánico.
En Setúbal el vino forma parte tanto del paisaje como de sus gentes y es habitual que sigan acompañando las comidas cotidianas con el vino regional, ya sea con un fresco Moscatel en verano, con una poderosa Peri- quita en los meses más fríos o con la dulce ambrosía del Moscatel de Setúbal en cualquier momento del año.
ENOTURISMO
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