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  192 cm y su peso también máximo no supera los 180 kg en los machos, las hembras son como media un 20-25 % menos altas y pesadas.
El peso es oscilante a lo largo del año, mucho mayor antes de la hibernación, y también a lo largo de su vida. Tampoco es un animal excesivamente ágil, pero muy seguro cuando se mueve entre roquedos y sí trepa con una aceptable agilidad. Con una visión mediocre y buen oído su olfato es exquisito, importante este sentido pues es básico para alimentarse, reconocer otros animales y percibir el celo de las hembras.
©FOP. Osa cantábrica con tres crías
No es un animal muy longevo pues con 20 años ya es anciano, pero en cautividad si puede pasar de los 40 años, aunque en la naturaleza llegar a 34 es un récord.
Es un animal tranquilo, solitario pues no vive en grupos nunca; como buen animal salvaje es esquivo de super- vivencia instintiva, como se ha podi- do observar cuando siendo oseznos se han despistado de la madre; no es un animal territorial pues campea mucho ni un depredador al uso pues es bastante oportunista con la ali- mentación, no mata a otros animales para comer, pero si se aprovecha de
TURISMO RURAL
los animales muertos (despeñados o por enfermedad), es carroñero y fundamentalmente come vegetales. La alimentación del oso viene deter- minada por las estaciones: plantas herbáceas en primavera; bayas y frutos carnosos en verano (cerezas, escuernacabras, arándanos), bello- tas de roble y hayucos, avellanas, castañas, zarzamoras, madroños en otoño e invierno. También comen in- sectos y hasta revientan hormigueros cuando tienen hambre. La alimenta- ción otoñal es muy importante pues de ella depende el éxito reproductor. El número de oseznos (de 1 a 3) que nazcan en invierno y su supervivencia posterior dependerá de la cantidad de grasa que haya conseguido acumular la futura madre durante el otoño.
La duración de la hibernación de los osos o el letargo invernal de estos está más condicionada por la dura- ción del invierno que por la dureza de éste y es más larga en las hembras que en los machos ocupadas en la crianza de los oseznos nacidos du- rante la misma. Si la alimentación fue correcta antes de hibernar su capa grasa habrá engrosado entre 15 y 20 cm porque mientras hibernan no comen, no beben, no defecan y man- tienen las constantes funcionales gra- cias a la energía proporcionada por las reservas de grasas acumuladas durante el otoño. Durante el reposo invernal tienen lugar los partos y las osas sólo se despiertan para lamer, alimentar, acicalar y desparasitar a sus crías mientras que el macho aún hibernado controla su entorno y pue- de reaccionar con rapidez ante la po- sible presencia de un intruso cerca de la osera.
Desde hace unos 15 años la obser- vación de este animal ha puesto de relieve que hay familias de osos que no han hibernado o el sueño hibernal ha sido mínimo, desde mediados de diciembre hasta marzo más que hi- bernación ha habido disminución de su actividad.
Sin duda el concepto de “fecundación diferida” en el mundo del oso es lo que más sorpresa causa cuando te lo di- cen los expertos-obervadores de este animal. La osa copula, en primavera, con muchos osos con la finalidad de que todos se crean los padres de los futuros oseznos y no los maten cuan- do estos con pocos meses de vida
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