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JORDAN AT THE MERCY OF THE HABBOB
Swimming against the current
La siguiente etapa no está exenta de asombro
cuando, todavía a media luz, nos sumergimos en
el río de Wadi Al Mujib y, cual escolares de ex-
cursión, nos agarramos a una cuerda y, de esta
guisa, nadamos contra corriente hasta alcanzar
una enorme y resbaladiza roca que parece cerrar
el paso del río. Es esa roca la que hay que esca-
lar para llegar al punto álgido de la aventura: la
catarata que espera al otro lado como una ducha
generosa.
Los más avezados trepan por la roca. Yo, por su-
puesto, ante la perspectiva de escalar esa pared
resbaladiza, opto por quedarme donde estoy, so-
ñando con el baño de espuma y sales que me
aguarda en el hotel.
Tears of sand
Al-Khazneh, the Treasury, must be earned little
by little. It’s a thought that leads me to walk with
reverence through the 1.2 km gorge — the Siq —
that leads to the Treasury, its ochre walls shifting
in tone with the hour and the day’s shadows.
The Nabataeans, the Three Wise Men, Indiana Jo-
nes and I all march together through the Siq, inside
my feverish imagination — partly due to the 40°C
in the shade, and partly due to the flood of scenes
created by my overheated, ignition-prone mind.
Walking through the Siq of Petra
The Al-Khazneh Treasury: a dream come true
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