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Festival de Cine del Sol de Medianoche
El propósito del viaje no podía ser más interesante. Acudir a la reu- nión anual y cinéfila del Festival del Sol de Medianoche en la fin- landesa localidad de Sodankylä. La historia del festival es curiosa pues se engendró en una taberna de Sodankylä, un día de esos del invierno lapón en los que el sol no se molesta en saludar. Allí es- taban los geniales directores de cine finlandeses, los hermanos Aki (Un hombre sin pasado)y Mika Kaurismäki (Divorcio a la finlande- sa), entre muchas otras películas, tomándose un vodka que otro, y otro más... Se les ocurrió pensar lo muerto que estaba el pueblo y no andaban descaminados. No que- daba más remedio que hacer algo para animarlo ¡Un festival de cine! que fundaron en 1985.
LA VENTANA DE MANENA
Comitiva internacional
Yo iba acompañada en el viaje por dos periodistas chinas, una japonesa y un italiano que era la viva réplica del actor Roberto Benigni (La vida es bella), tanto en el físico como en la italianísima manera de expresarse. A mi, se me podría calificar como un ten con ten entre la cultura asiática y la mediterránea. Antes de ir al festival fuimos a una granja de renos a orillas del lago Inari. A Estrella de la Mañana, como se traducía el nombre de una de mis amigas chinas, le encantaron los renos a los que acariciaba con suavidad, mientras miraba de reojo al pastor sami (nativos finlandeses) que estaba bastante mejor que sus renos. Mientras, Kumiko, reía en risa baja al ver los gestos dramáticos y escuchar a Carlo, el periodista italiano, decir que él no podía dormir en esa tierra sin noche. “Aunque tengan cortinas foscurit yo sé que el sol brilla afuera, a mi nadie me engaña, y no puedo pegar ojo ¡Esto es una tragedia”.
Revista Traveling - 79